
Sí, tú estás ahí…, atento
guardado entre la fibras de mi corazón,
en el lugar exacto dónde me harás falta,
ahí en lugar seguro,
protegido como un tesoro,
enquistado como talud de oro,
brillante como fino diamante,
necesario tal como traduce mi mente,
juntico a mí extendiendo tu mano,
con tus palabras aroma perejil y albahaca,
olor a toronjil tu provocativa boca,
presto para aliviar alguna pena,
por si alguna melancolía me toca,
beberé el rocío de tus hojas,
mis heridas sanarás con cálidas palabras,
y cuando esté repuesta,
besaré apasionadamente tu boca,
en la orilla de la playa, aroma de algas,
caballitos de mar danzando mis lados,
poder de amor, calor de cuerpos,
latir del deseo, el oído sobre tu pecho.
Rocío Chalco Vargas
Maracaibo, Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario