COMO UNA ESTRELLA®

Dos almas conversando
como estrellas del infinito
sus luces brillo permanente
ni la distancia ni el viento
apagaron fuego del alma
ni mis labios olvidaron tus dedos
que ciegos buscaban ávidos 
ni tus labios recordaban indiferencia
tampoco frío gélido
besos no muertos, sólo dormidos
cuando tocaron los míos cansados
cual dulce preciso en la boca,
con tus ojos amándome,
mis labios tibios sin frío
los tuyos no conocen cansancio,
los nuestros con ecos repetidos,
susurrando hasta perder los sentidos,
caminar un sendero sin vacío,
sólo buscando tus besos apasionados
en melodía a este corazón agitado,
oyendo atenta las campanadas,
dejar abras así todas mis puertas,
a través del cristal ver el azul del cielo,
tu suave respiro sobre mi cuerpo
vaciando tu amor con flores del tiempo.

Rocìo Chalco Varga
Maracaibo, Venezuela

AUSENCIA…!®

Caen los sueños todo es adverso…,
palabras no curan los males,
la imaginación muere…,
frustración con tristeza amarga,
no consigo tu pecho en el mío,
son como cristales quebrados,
astillas que duelen, la ausencia ahoga…
procuré darte el fucsia de mis besos,
la calidez de estos ávidos labios,
un aliento escapa de mi boca,
como frío de gélido invierno,
nuestras fibras casi no entrelazan…
van rompiendo las rocas,
las aguas desbordan…
quiero esperarte a solas,
oír el torrente de tu río,
sobre mí suavizando las orillas…
sin que terminen los días,
ni tus manos detengan sus caricias,
ni tus labios dejen de buscarme…
ni tus ojos me hablen cálido,
ni mi respiro pare ante tus labios,
sólo soñar que me alegras el alma,
sin disfrutar tu presencia colorida,
o el océano de tu esencia viva…
ya vete…, no sigas
continua tu camino…,
espero por un amor vivo,
me eleve en un tropel de nubes…,
llevándome a los confines.

Rocío Chalco Vargas
Maracaibo, Venezuela

Vista desde el Castillo de Bayona, Enero 2010

HABLÀNDONOS AL OÌDO®

Amaneces ocre bella sultana,

con débiles brillos a la distancia,

sobre tí graciosa constancia,

mi brisa acariciando tu rostro,

con olor a eucaliptos en su rastro,

o los cipreses allá en lo alto,

con tus aguas a chorros y claras,

mis pies sobre tus blandos pastos,

senderos continuos de niebla copados,

convertirme en peregrina de tus caminos,

siempre lleno mi aire con tu vida,

acortar esta distancia desde mi atalaya,

una y otra vez mientras aclaras,

cuidando la gran ciudad en el silencio,

aquel de trasnochados amantes,

o te contemplan tantos solitarios,

trabajadores raudos te saludan temprano,

pintando finos brillos de madrugada,

tú en simbiosis con tu montaña,

yo abrazándote al atardecer y al alba.

Rocío Chalco Vargas

Maracaibo, Venezuela

Foto:  Jorge Stever, El Avila y la Sultana

SENTIR POETA®

 

La muerte no habla a los poetas,
la parca habla a los mudos,
se manifiesta sobre los que se rinden,
acaricia el rostro de los vencidos…
la pureza besa a los inspirados.

Guerrero,  deja beberme tus labios,
aquietados…, entreabiertos esperan la luna,
mientras observo en la distancia,
ese tu amor tal vez se apaga, se acuna
entre tibio aire de fuego y audacia.

Poeta, descubre lo que hay debajo,
flotando como pluma al viento, 
volar en los sueños, buscar un atajo
delicados rayos,  iluminando canto,
sinfonía de álamos, te oigo hace rato.

Deseo caminar…,  tomar tu mano,
crujir las hojas secas del pasado,
desierto de cenizas, a flores convertido,
ahora son tus bellos ojos que hablan,
un corazón descifrando…, no acalla.

Rocío Chalco Vargas
Maracaibo, Venezuela

AMOR DE BOSQUE®

La cigarra no olvida su canto,
ni hay sentido de caminar en el bosque,
delicadas ellas son alegría del aire,
cúbreme de aroma a romero en verano,
percibo pinos, cipreses y álamos,
sueño entre sedas en vano,
la brisa desplazando el invierno,
de un alma extraviada en la noche,
quiero ser tu doncella encantada,
iluminas mi amor descuidado,
con palabras que salen del alma,
huidizo tu corazón me llama,
oigo penetrante sutil sinfonía,
un piano…, los violines entre los árboles,
a lo lejos suaves notas de un saxo,
deseo morir al ritmo de tu pecho,
converges ahí catarata ruidosa,
entre agitado respiro y mis sienes,
mientras la luna nos ilumina,
un escenario de estrellas nos baila,
incrédulas nos miran anonadadas,
porque no hay más poesía sobre ellas,
ni mejor música para mi alma,
el sentir tus latidos volcados,
sobre la vibración azul de mis besos.

Rocío Chalco Vargas
Maracaibo, Venezuela